El colombiano llegó a la H en el peor momento del cambio generacional. Y sí, Costa Rica la pasó así de mal dos veces antes de Brasil 2014.
Juan Manuel Fernández C. | @juanma_cr
Honduras superó el repechaje ante la débil Guyana Francesa, pese a las penas… y a los memes. Difícil ver así a una selección que fue subcampeón de Copa Oro, mundialista, y triple monarca centroamericano.
Jorge Luis Pinto, hombre inteligente, respetable y gran teórico del fútbol, probablemente sabía desde antes de dar el sí, que Honduras no está en el mismo proceso que Costa Rica.
Hoy se habla mucho de los ticos y el momento de nuestro fútbol: 49 futbolistas juegan a nivel profesional fuera del país. Y los clubes también están destacando a nivel regional.
Pero antes del idílico sueño brasilero; de golear a Uruguay en Fortaleza, o de mandar para la casa a Italia en la Arena Pernambuco, los ticos vivimos nuestras amarguras, por no prever el cambio generacional.
La primera vez fue en los noventas. Luego de pasar a octavos en Italia 90, y marcar una era, dos eliminatorias estrellaron los sueños mundialistas: EEUU y Francia.
Recuerdo incluso la UNCAF de El Salvador del 95, cuando sólo pudimos ganar a Belice 2–1. Mientras eso pasaba, combinados infantiles y juveniles sacaban la tarea en mundiales menores.
Fue así como la Sele del 2002 –de Wanchope, Gómez, Fonseca, Medford– venció a México en el Azteca, fue subcampeona de Copa Oro, y calificó primera a Corea-Japón.
El relevo falló de nuevo, y no se hizo una buena copa en 2006 y del 2010 quedamos excluidos. Un cuatrienio después, las promesas de esos años destrozarían pronósticos en 2014.
Pinto llega a la H en el peor momento del cambio generacional. Él sabe que pasó el tiempo de Costly, de Figueroa y de los Palacios, y que es la hora de Najar, Espinoza, Crisanto, o Lozano.
Pero para sonreír hay que sangrar. La pregunta es: ¿será la Copa Oro el final de esta noche larga para los catrachos?